sábado, 23 de febrero de 2008

Mensaje a nuestra generaciónNo siempre los niños y jóvenes de hoy tenemos claro que el subdesarrollo y la pobreza son un serio problema que actúa en los conflictos ambientales que sufre y padece nuestro hermoso planeta.Comprendo que para nosotros —la juventud y la niñez cubanas— sea difícil juzgar esta realidad, pues en gran medida tenemos garantizada la educación, la salud, la alimentación y el bienestar en general, por tanto no sufrimos la tristeza y el dolor de los niños y jóvenes que viven en otros países del tercer mundo, donde sus gobiernos responden a las clases dominantesy poderosas, aquéllos que en su afán de tener cada día más, destruyen el medio ambiente y los obligan a vivir en condiciones infrahumanas, sin derechoa la educación y la cultura elementales.Pero nosotros tampoco escapamos al conflicto ambiental, porque hemos heredado problemas como la deforestación —que hoy se ha ido recuperando—, y tenemos dificultades económicas que afectanel saneamiento ambiental, la contaminacióny la insalubridad, los que mucho pudiéramos mejorar de existir una mayor sensibilidad e interés por contribuir a la higiene familiar y comunitaria.Hoy, también, nuestro planeta sufre cambios climáticos por la concentración de gases tóxicos en la atmósfera, emitidos indiscriminadamente en otras regionesdel mundo y que tanto dañan la agricultura, cuando sabemos que nuestros países dependen en gran medida de la producción agrícola. ¿Qué pasará si no actuamos para aliviar y distender la crisis?¡Actuar! pero cada día, con sensatez y constancia, en la educación y preparación que exige la vida, es un deber insoslayable de nuestra niñez y juventud hacia este planeta que nos permitió nacer.No tengo ninguna duda de que los niños son los líderes en cuestiones ambientales; tienen el poder de educar a sus padres para tomar decisiones y cambiar lo que sucede en el ámbito individual.Elizabeth DowdeswellDirectora Ejecutiva, PNUMA(Tomado de la publicación Misión Rescate, 1994.)



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